Al nacer, Pau preguntó al médico a cuánto pasaba los sedantes. Éste quedó perplejo y atinó a acercar el niño a la madre y retirarse dubitativo hacia la sala de desinfección.
Pau siempre fue una pequeña fiera.
Alberto tuvo un nacimiento sin complicaciones, pero al posar su menudo cuerpo junto al de su madre, esculpió un elefante alado con los restos de su cordón umbilical.
Está claro que el arte forma parte de su vida.
¡Anda, una nube azul...!